Después de que durante siglos la Iglesia Católica controlara las creencias y los ideales, la Florencia de mitades del siglo XV se plantea como el umbral de una revolución intelectual y artística. Cosimo de Medici y su padre crearon el negocio bancario más grande del mundo, entre cuyos “clientes” se encontraban papas y príncipes. Burlándose de sus rivales políticos y estableciendo a su familia en el corazón de la República de Florencia, Cosimo utiliza su enorme riqueza para recorrer el continente en busca de antigüedades, respirando aires nuevos en el estudio del pasado. A medida que crece el poder de Cosimo, su amigo Brunelleschi construye una gran cúpula sobre la catedral de Florencia. Se convertirá en el mayor legado de la arquitectura occidental desde tiempos remotos. Donatello y Lippi crean obras originales para la familia de los Medici y en Florencia se lleva a cabo una fiesta religiosa, creando una explosión de aprendizaje clásico y pensamiento creativo. Florencia florece como una nueva Roma. Cuando Cosimo fallece, la república florentina lo declara Padre de la Nación.